-¿Sabes si la directora ha traído
música para todos?- preguntó uno de los tenores antes del ensayo.
-No estoy segura- le respondió la
soprano situada justo por delante de él.
-No os preocupéis, ella siempre
trae los bolsillos llenos de cumplidos para todos. El otro día sin ir más lejos
se le cayó del bolso una canción que traía envuelta
en una nube de algodón
dulce- intervino otro de los tenores.
-¿Y qué hiciste?- preguntaron al
unísono los cantantes cercanos a éste.
-Pues no os lo creeréis, al
tratar de cogerla se deshizo y comenzaron a flotar por el aire una serie de
notas musicales que yo no entendí ya que de música sólo se lo que aprendo junto
a vosotros que no es mucho, no porque no me enseñéis, más por mi incapacidad
que otra cosa…
-Anda no seas modesto que el otro
día te oí en el aria que andábamos preparando y pensé que habíamos contratado a
un profesional, y respecto a lo de que de un algodón de azúcar surgieron notas
encadenadas, mirad esto… - dijo uno de los bajos.
Y diciendo esto se metió la mano
en el bolsillo de la chaqueta y empezó a extraer deseos acompañados de estrellas
de colores que se fueron situando sin que nadie lo dijera sobre cada uno de los
miembros del coro, a continuación se insinuaron las notas musicales de un
villancico que pronto inundaron el ánimo de los presentes y tras ellas emergió
un arco iris de colores que distribuido sobre cada uno de los miembros del coro
dejó preparado el escenario para ejecutar la melodía que el auditorio merecía.
-¿Estáis todos preparados?- era
la voz de la directora dirigida a nadie en particular.- ¡Hoy hemos de tocar
como los ángeles!, más bien hemos de ser ángeles tocando pues el auditorio lo
merece, no os distraigáis que empieza el
concierto.
En ese momento la directora dio
los últimos retoques. Miró a los tenores uno por uno y viendo que todos
llevaban sobre sí la buena estrella les dio el O.K. A continuación hizo lo
propio con los bajos y agachó complacida la cabeza. Las contraltos andaban algo
nerviosas con los colores que les envolvían pero una mirada cariñosa de la jefa
las reafirmó y las tranquilizó. Por último miró a las sopranos y les envió un
mensaje de tranquilidad con su mirada. Así lo entendieron todas y todos. El
Concierto podía empezar.
Habían previsto que el telón se
alzase tras empezar la ejecución de la pieza con la que iban a regalar al
auditorio y no antes como suele ser habitual. Formaba parte de la sorpresa de
la velada. Así la música que llevaban dentro y que hacía rato flotaba por entre
los cantantes comenzó a modular el ánimo de todos los miembros del coro y los
fue disponiendo para comenzar el más importante concierto de Navidad que jamás
hubieran ejecutado.
La seño, que era como la llamaban
cariñosamente sus compañeros de coro, cerró los ojos, aspiró la melodía que
llevaban ensayando en sus corazones desde hacía meses, la retuvo unos instantes
en su interior, elevó los brazos y lanzó las manos hacia delante. Las notas que
flotaban desde hacía rato en el ambiente fueron acudiendo a las puntas de sus
dedos y desde allí las fue lanzando a cada uno de los miembros del coro. Cada cual
aspiró la suya, la saboreó, la mezcló con los colores que le envolvían y a la
voz de ya empezaron muy suavemente a cantar.
Poco a poco se fue levantando el
telón.
En las primeras filas se
arrellanaban los invitados principales a los que el coro dedicaba especialmente
el concierto. Allí estaban la PAZ, la FELICIDAD, y el AMOR en la fila cero. A
sus lados se sentaban la ESPERANZA, el CARIÑO, el BIENESTAR, la AMISTAD, la
SALUD, la JUSTICIA y la ALEGRÍA.
Por el resto de la sala se acomodaron
las personas de buen corazón que habían acudido con la esperanza de recibir un pálpito
especial para los duros días que como siempre el año venidero había de
reportar. Entre el público había otros invitados especiales salpicados como el
condimento en un buen guiso, perceptible en el sabor e invisibles al resto de sentidos,
pero a todas luces evidentes por necesarios en aquella obra. No se veían pero
se notaba la presencia de la ARMONÍA, la CONFIANZA, el CORAJE, el TRABAJO, el
PERDÓN, la MAGIA, el ENTUSIASMO, la HUMILDAD, el CARIÑO, la SERENIDAD, la
SOLIDARIDAD, el COMPAÑERISMO, y otros muchos más.
Desde el primer momento la gente
empezó a deleitarse incluso con el escenario preparado ex profeso para el
concierto. Al fondo un suave halo color verde esperanza envolvía tanto el
espacio como el tiempo. Flotando sobre él un azul cielo inmaculado se iba expandiendo
hacia la sala, impulsado por la armonía del sonido del villancico que el coro
había empezado a regalar. Una fina lluvia de notas musicales empezó a caer sobre
cada uno de los asistentes con lo que de forma imperceptible fueron asimilando
en su corazón y manifestando en su ánimo el poder de aquella melodía.
De pronto la seño se volvió hacia
el auditorio y con el grácil movimiento de sus finas y delicadas manos empezó a
dirigir también a los asistentes incorporándolos al coro en la interpretación
de la pieza musical, consiguiendo entre todos que en aquella sala se escuchase
el mejor villancico que nunca se hubo interpretado.
Como colofón, al finalizar el
villancico y con él el concierto, una voz en off viniendo de lo alto acompañó
el final del acto con estas palabras: “SED VALIENTES, AÑADID A VUESTRO DÍA A
DÍA LA MAGIA DE ESTE VILLANCICO PARA TRANSFORMAR EL MUNDO”.
José
Andrés Salazar
Navidad 2011
Me ha encantado este relato...que ilusion transmite...me gustaria tener la oportunidad, en mi coro, de poder cantar de esa manera..seria magico.Enhorabuena-
ResponderEliminarLa magia forma parte de la ilusión con la que vivimos el día a día, y esa es una actitud que sólo depende de nosotros
EliminarQuerido José paz y bien
ResponderEliminarpara estas navidades y éxito en esta empresa que inicias
te leeré y comentare
un abrazo
Gracias compañero, estaremos en contacto. Te deseo un feliz año
EliminarCuñado me encanta leerte, consigues q entre en el personaje y q me olvide q el mundo exterior existe
ResponderEliminarUn beso
Trataré de que tengas material para leer poco a poco. Y qe lo disfrutes
EliminarQue bonito!! Estoy deseando que pongas ya alguno nuevo....!!
ResponderEliminarGracias, al siguiente relato le falta "un hervor" y quizás mañana lo publique
ResponderEliminares un cuento muy naife! los colores, las notas y la musica me regresan a cuando era nino y pasaba mis tardes dibujando y pintando con los rotuladores.
ResponderEliminarLlevar al lector a un lugar de su memoria y revivir experiencias... ¡qué bien!
Eliminarla fuerza de este relato està en su sencillez de regalar a su lector los ojos de un nino, caracteristica que se pierde con la etad.
ResponderEliminarEnhorabuena, Josè
En el fondo debemos seguir siendo niños siempre. Escribir un cuento te libera de cargas y te permite soñar y hacer soñar
EliminarBonitas letras
ResponderEliminarMuchas gracias, seguiré enlazándolas para que podáis leerlas
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