La mayoría solemos firmar sin leer en su totalidad la letra pequeña de los contratos que se nos ponen por delante. El protagonista de este relato breve tampoco lo hizo, y no os podéis imaginar lo que ocurrió poco tiempo después, salvo que lo leais. Tomad un poco de tiempo y disponed de ánimo y apertura de sentidos.
"Ay, esa letra pequeña..."
Si te apetece dejar un comentario, te responderé gustoso. Qué lo disfrutes
Como cualquier nacimiento, la ilusión se suma al deseo de continuidad en el tiempo. Si las musas tienen a bien rendirme visita, si soy capaz de organizar mi tiempo y si ahí en el lado en donde te hallas das importancia y dedicas unos segundos de tu tiempo a leer lo que te ofrezco ..., viajaremos juntos. La imaginación será el hilo conductor que de alas a mis propuestas, tu interés o quizás tu curiosidad, el abrazo con el que se acunarán los textos que te iré proponiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario