Una madre que ante la adversidad emocional se refugia en ese rincón en el que tradicionalmente lo han venido haciendo las mujeres de la familia, en donde se guardan tantos secretos, tantas cuitas. Un remanso real, el jardín, en donde el tiempo y los sentimientos se unen... Pincha y disfruta este breve cuento con tintes costumbristas
UN RINCÓN EN EL JARDÍN DEL ABUELO JAN
(las claves B, verde, whisky, zurdo)
Un ejercicio literario propuesto por la compañera Juevera Dorotea Fulke, pincha si quieres leer más aquí lazos y raíces
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Como cualquier nacimiento, la ilusión se suma al deseo de continuidad en el tiempo. Si las musas tienen a bien rendirme visita, si soy capaz de organizar mi tiempo y si ahí en el lado en donde te hallas das importancia y dedicas unos segundos de tu tiempo a leer lo que te ofrezco ..., viajaremos juntos. La imaginación será el hilo conductor que de alas a mis propuestas, tu interés o quizás tu curiosidad, el abrazo con el que se acunarán los textos que te iré proponiendo.
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Hay que ver cuantos secretos guarda ese jardín , donde las mujeres de la familia vivían su experiencias amorosas ..me gusto como lo contaste gracias por compartirlo .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y feliz semana.
Gracias por tus cariñosos comentarios. Un jardín tan especial para esas mujeres que solo ellas saben lo que guardan entre flores, césped y árboles. Mucho, sin duda. Un beso.
EliminarSecretos, recuerdos e historias sembradas por las mujeres en el recinto de un jardín misterioso. Hay pocos jardines tan cerrados y ccesibles a la vez. Localiza el tuyo, se encuentra entre la memoria y un pedacito de cielo azul. Gracias por participar y un abrazo
ResponderEliminarGracias por tu recomendación. Lo buscaré. Un abrazo.
EliminarLas cosas cambian,las personas también pero todos coincidimos en algo, hombres y mujeres en mayor o menor medida somos misteriosos
ResponderEliminarBesitos
Gran verdad. Los misterios compartibles son menos misterios, todo un reto. Besos.
Eliminar"El árbol de los lamentos" llamaría yo al viejo roble, testigo de amores no correspondidos :(
ResponderEliminarBss.
Muy acertada tu apreciación. Gracias por ponerle nombre. Besos
EliminarLas lágrimas curten piel y alma, y nos nutren en sabiduría, hasta que una vez colmado el vaso, se seca la fuente y empieza la vida. Y siempre hay un lugar testigo de tanto…, arropando e inspirando para el viaje de la vida…
ResponderEliminarMuy bello relato, querido amigo. Un placer leerte.
Un abrazo grande, y feliz día.
Jolín Ginebra, el próximo relato antes de terminarlo te lo envío para que me lo completes... vaya valor le añaden tus palabras. Gracias mil. Un enorme y agradecido abrazo.
EliminarTodas las familias tienen sus secretos (o sus esqueletos en el armario) la de tu relato no lo es menos con ese jardin complice...Genial relato, besos.
ResponderEliminarGracias Inma, la placidez de los jardines siempre invita a..., pero a la vez es depósito de... Un beso. Gracias.
EliminarHe leído es algún comentario que ese rincón del relato es dónde las mujeres vivían sus experiencias amorosas, y yo había entendido que era donde lloraban por las experiencias amorosas de los hombres de la familia. En fin que me he liado.
ResponderEliminarAudietur et altera pars. (A la otra parte también hay que oírla), jajajajaja.
Saludos, maestro.
Me encanta tu apreciación. Ya sabes que yo escribo haciendo participe al lector, y si ellas han visto... Pero, ya que no nos oye nadie... las lágrimas de las protagonistas son consecuencia de... y no veas el césped qué bien alimentado estaba, como recordaba el abuelo Jan. Gracias por tus apreciaciones. Nos leemos. Un abrazo.
EliminarEs como un jardín prohibido, como aquellas antiguas y ancestrales mujeres que veneraban a la madre tierra y tenían su propia "religión". Me ha venido eso a la mente, pero disfrutar del jardín secreto de "tus mujeres" ha sido impregnarse de sus deseos y experiencias...
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Ese jardín que todos llevamos en nuestro interior en el que nos instalamos cuando precisamos cual útero materno en el que placenteramente revivimos lo mejor de nuestra existencia o nuestra imaginación... Ese, o eso, a lo que nos aferramos, nos ligamos con algo superior "re-ligare"... aunque lo llevemos dentro ¡....! Me ha gustado lo que planteas, te lo tomo prestado. Gracias. Un beso para tí y hasta nuestro siguiente encuentro.
EliminarMe ha llamado la atención eso de que las lágrimas abonan el césped, eso me pega que es muy antiguo, ¡Qué pena! lo que habrán tenido que sufrir las pobres...
ResponderEliminarMe ha gustado el relato a pesar de mi apreciación.
Las lágrimas tienen agua que es fuente de vida, pero van cargadas de sal con lo que al pasar por las heridas las hacen más dolorosas. Sirven para difuminar la visión y distorsionarla, para limpiar las impurezas, para abonar la pena, el desengaño, la esperanza... Ese césped mullido en el que reposa físicamente, pero que emocionalmente lo precisa... por tanto... ¡Sin pretenderlo! Porque si lo que encuentras lo buscas, la matemática devuelve lo que corresponde. Pero si lo que encuentras no lo buscaste... ahí ay tomate.
EliminarGracias por tus comentarios. Un abrazo.